Beato Carlos Manuel 24
Apostolado con la familia
El tiempo de vacaciones es uno en el que podemos compartir más con la familia. Aprovechemos para ver cómo nuestro B. Carlos Manuel aprovechó la vida familiar para hacer apostolado.
Él vivió muy unido a su familia. Era amable y efusivo con sus padres, hermanos y demás familiares. Su familia fue una Iglesia doméstica y se distinguió porque vivían plenamente la liturgia en la parroquia y en el hogar, gracias también a la influencia única de nuestro Beato.
Carlos Manuel se había convertido en un actor del movimiento litúrgico en el camino de la renovación litúrgica en la Iglesia y tenía que comunicarlo, primero a su familia. El Beato fue una luz para la vida de toda su familia desde el punto de vista de la fe y su celebración. Esta influencia se extiende desde la abuela hasta los sobrinos. En su familia, las fiestas familiares y las fiestas litúrgicas, eran las más importantes. Estas celebraciones incluían adornos en la casa, oraciones especiales en la comida, cantos, la corona de adviento, cartelones, novenas, etc. hasta la forma de vestir.
Él se desvivió para que sus hermanos viviesen una vida sana, alegre y gozosa. Ya desde su preadolescencia despertó en sus hermanos la devoción al culto, porque toda su vida giraba en torno a la liturgia. Les enseñó a vivir los tiempos litúrgicos como un encuentro con Cristo y su misterio salvífico, a rezar la liturgia de las horas, a usar el misal para vivir la Eucaristía, toda una pasión por el misterio pascual. Su hermano José Modesto afirma que los domingos en la sobremesa tenían largas horas de conversación sobre toda clase de temas, especialmente de religión. Decía el P. José: “casi todo lo que yo sé en esa materia [religión] lo aprendí de él principalmente. Muy poco añadieron mis estudios teológicos para el sacerdocio, excepto quizás detalles menos esenciales.”
El Beato siempre se preocupó de estar cerca de sus hermanos incluso cuando estaban distanciados, por ejemplo, Haydée recibía cartas de Carlos Manuel en su noviciado en España.
El P. José, en su discurso después de la primera Misa en la parroquia Dulce nombre de Jesús, se expresaba así sobre su hermano Carlos Manuel: “Todos en casa le debemos tanto. Desde su temprana niñez, ha tenido un solo amor: Cristo y su Iglesia. (...) No es fácil vivir en contacto con una llama de caridad tan ardiente sin llegar a participar de su luz y de su calor sin contagiarse. Todavía dependo mucho de él. Puedo decir con toda verdad: Lo básico, lo más firmemente arraigado de todos mis conocimientos teológicos, de él lo aprendí, a él se lo debo».
Toda la vida del Beato, en unión de la pascua celebrada y pascua hecha vida, fue el ejemplo fundamental para toda su familia, hasta el último momento de su vida.
En sus sobrinos y primas hermanas, sobresalen los recuerdos de nuestro Beato, por cuanto se refiere al culto litúrgico y la enfermedad. Carlos Manuel comenta la experiencia de una de sus sobrinas cuando escribe al nuevo párroco: «Mi hermana pertenece a esa parroquia de Ensenada, y acostumbra asistir a Misa en nuestra parroquia cuando viene a casa en Navidad o en algunas otras ocasiones durante el año. Pues bien, la nena chiquitina suya (tenía entonces cinco o seis años), estando acostumbrada a asistir a esas misas en las cuales ella participa directamente, en latín, en las oraciones y el diálogo, le dijo en una ocasión, estando en Misa en nuestra parroquia: “Mamita, ¡no entiendo nada!; esta Misa es muda”».
Qué detalle tan sencillo y a la vez profundo de la diferencia que hace cuando los niños aprenden a participar de la misa ya desde las edades más tiernas. Y eso en esa época en que aún se celebraba en latín y la participación del pueblo era más limitada. Aprendamos a nuestro Beato a cultivar y transmitir la fe a nuestros familiares para que esa fe transforme sus vidas y les acompañe tanto en el diario vivir como en los momentos más importantes o más difíciles de su existencia.
(cf. Tesina de licenciatura de Yoni Palomino Bolívar, “Vivimos para esa noche”: Beato Carlos Manuel Rodríguez, Un apóstol contemporáneo de la liturgia.)
El tiempo de vacaciones es uno en el que podemos compartir más con la familia. Aprovechemos para ver cómo nuestro B. Carlos Manuel aprovechó la vida familiar para hacer apostolado.
Él vivió muy unido a su familia. Era amable y efusivo con sus padres, hermanos y demás familiares. Su familia fue una Iglesia doméstica y se distinguió porque vivían plenamente la liturgia en la parroquia y en el hogar, gracias también a la influencia única de nuestro Beato.
Carlos Manuel se había convertido en un actor del movimiento litúrgico en el camino de la renovación litúrgica en la Iglesia y tenía que comunicarlo, primero a su familia. El Beato fue una luz para la vida de toda su familia desde el punto de vista de la fe y su celebración. Esta influencia se extiende desde la abuela hasta los sobrinos. En su familia, las fiestas familiares y las fiestas litúrgicas, eran las más importantes. Estas celebraciones incluían adornos en la casa, oraciones especiales en la comida, cantos, la corona de adviento, cartelones, novenas, etc. hasta la forma de vestir.
Él se desvivió para que sus hermanos viviesen una vida sana, alegre y gozosa. Ya desde su preadolescencia despertó en sus hermanos la devoción al culto, porque toda su vida giraba en torno a la liturgia. Les enseñó a vivir los tiempos litúrgicos como un encuentro con Cristo y su misterio salvífico, a rezar la liturgia de las horas, a usar el misal para vivir la Eucaristía, toda una pasión por el misterio pascual. Su hermano José Modesto afirma que los domingos en la sobremesa tenían largas horas de conversación sobre toda clase de temas, especialmente de religión. Decía el P. José: “casi todo lo que yo sé en esa materia [religión] lo aprendí de él principalmente. Muy poco añadieron mis estudios teológicos para el sacerdocio, excepto quizás detalles menos esenciales.”
El Beato siempre se preocupó de estar cerca de sus hermanos incluso cuando estaban distanciados, por ejemplo, Haydée recibía cartas de Carlos Manuel en su noviciado en España.
El P. José, en su discurso después de la primera Misa en la parroquia Dulce nombre de Jesús, se expresaba así sobre su hermano Carlos Manuel: “Todos en casa le debemos tanto. Desde su temprana niñez, ha tenido un solo amor: Cristo y su Iglesia. (...) No es fácil vivir en contacto con una llama de caridad tan ardiente sin llegar a participar de su luz y de su calor sin contagiarse. Todavía dependo mucho de él. Puedo decir con toda verdad: Lo básico, lo más firmemente arraigado de todos mis conocimientos teológicos, de él lo aprendí, a él se lo debo».
Toda la vida del Beato, en unión de la pascua celebrada y pascua hecha vida, fue el ejemplo fundamental para toda su familia, hasta el último momento de su vida.
En sus sobrinos y primas hermanas, sobresalen los recuerdos de nuestro Beato, por cuanto se refiere al culto litúrgico y la enfermedad. Carlos Manuel comenta la experiencia de una de sus sobrinas cuando escribe al nuevo párroco: «Mi hermana pertenece a esa parroquia de Ensenada, y acostumbra asistir a Misa en nuestra parroquia cuando viene a casa en Navidad o en algunas otras ocasiones durante el año. Pues bien, la nena chiquitina suya (tenía entonces cinco o seis años), estando acostumbrada a asistir a esas misas en las cuales ella participa directamente, en latín, en las oraciones y el diálogo, le dijo en una ocasión, estando en Misa en nuestra parroquia: “Mamita, ¡no entiendo nada!; esta Misa es muda”».
Qué detalle tan sencillo y a la vez profundo de la diferencia que hace cuando los niños aprenden a participar de la misa ya desde las edades más tiernas. Y eso en esa época en que aún se celebraba en latín y la participación del pueblo era más limitada. Aprendamos a nuestro Beato a cultivar y transmitir la fe a nuestros familiares para que esa fe transforme sus vidas y les acompañe tanto en el diario vivir como en los momentos más importantes o más difíciles de su existencia.
(cf. Tesina de licenciatura de Yoni Palomino Bolívar, “Vivimos para esa noche”: Beato Carlos Manuel Rodríguez, Un apóstol contemporáneo de la liturgia.)