Lectio Divina
Los relatos sobre la infancia de Jesús, tanto de Mateo como de Lucas, tienen unas características especiales que los diferencian de los otros relatos evangélicos. Hay que tener en cuenta que no son relatos históricos, sino testimonios sobre Jesús a la luz de la fe, aunque contienen datos históricos. De ahí, que Lc y Mt no pretenden darnos detalles del nacimiento de Jesús, sino prepararnos para lo que después describirán de Él.
En el evangelio de hoy, Mateo quiere explicar que Jesús, aún naciendo de una mujer, María, su nacimiento es obra del Espíritu Santo. Así se cumple la profecía de Isaías (1, 23): Dios con nosotros, es decir, Emmanuel. Jesús es el Hijo de Dios, es de condición divina. También Jesús es de la descendencia de David, porque José, hijo de David, lo toma como hijo propio. Por encima de la paternidad física, está el dar el nombre al hijo, que es lo que hace José. Así Jesús es reconocido como hijo de David.
En el evangelio de hoy, Mateo quiere explicar que Jesús, aún naciendo de una mujer, María, su nacimiento es obra del Espíritu Santo. Así se cumple la profecía de Isaías (1, 23): Dios con nosotros, es decir, Emmanuel. Jesús es el Hijo de Dios, es de condición divina. También Jesús es de la descendencia de David, porque José, hijo de David, lo toma como hijo propio. Por encima de la paternidad física, está el dar el nombre al hijo, que es lo que hace José. Así Jesús es reconocido como hijo de David.
¿Experimento la cercanía del Señor en mi vida? El valor de ser un ser humano es que Jesús aceptó nuestra condición. ¿Cómo me relaciono con Jesús: como niño-infante, Mesías, Salvador, Emmanuel? ¿Me siento hijo amado del Padre, que se hace cercano en su Hijo Jesús? ¡Qué lección me da San José de: aceptación del plan de Dios, de respeto a María, su prometida, ¡aunque no entendía lo que estaba pasando! ¿Trato de descubrir el plan de Dios en mi vida? ¿Hago lo posible por interpretar mi historia, la de mi familia y de la sociedad desde el proyecto de Dios?
Señor, no permitas que me quede distraído y sin respuesta ante los signos de tu presencia y cercanía en nosotros. Tú mismo nos vas dando estas señales que nos manifiestan tu amor y tu deseo de que recibamos tu salvación en tu Hijo Jesús, Salvador y Emmanuel.
Al Señor, que ahora mismo es para ti Amigo cercano y Salvador.
Descubre, en la historia de tu propia vida, cómo el Señor te ha salvado.
