Lectio Divina
Celebramos en este domingo la Ascensión del Señor que es la cumbre de la glorificación de Jesús resucitado. El encuentro de Jesús con sus discípulos tiene dos momentos. En primer lugar, se da un encuentro en el que Jesús se revela a través de sus palabras y los discípulos lo reconocen como Señor por medio del gesto de adoración. Después, Jesús les confía una misión, que antes les había encomendado sólo de forma parcial, y les promete su asistencia para llevar a cabo esta misión a través de su presencia continua.
Me considero discípulo fiel de Jesús? ¿Experimento que Él me ha llamado para ser evangelizador? En el programa diario de mis actividades, ¿siento que estoy desarrollando la misión encomendada por el Maestro? ¿Qué hago para transmitir el Evangelio a los demás? En mi familia, ¿intento leer la Palabra de Dios para seguir creciendo como discípulo y apóstol de Jesús? ¿Qué siento que me pide el Señor en estos momentos, en los cuales Él me manifiesta su mensaje?
Señor, sé que Tú también me has elegido para esta hermosa misión de contagiar tu Amor a los seres humanos. Te doy gracias porque me elegiste. Haz que también yo pueda experimentar el gozo de este llamado y responder lo mejor posible a tus expectativas sobre mí. Pero, ¿por qué empleo tanto tiempo, pensamientos, sentimientos y actividades en cosas que nada tienen que ver con esta tarea que me encomendaste? ¿Por qué me encierro en mí mismo, en mis preocupaciones, que no me entretienen en cosas sin importancia? Ábreme, Jesús, a tus altos ideales. Haz que yo responda a la altura de tu llamado. Haz que la esperanza de estar contigo siempre me anime en los momentos difíciles...
A Jesús, que es glorificado como hombre por el Padre. Por su gran entrega a la causa de la salvación. A ti mismo, que eres llamado para colaborar con Jesús para trasmitir alegría a los humanos. A aquellos a los que tienes que llevar la Buena Noticia del Reino.
Recitamos con el salmista: “Dios asciende entre aclamaciones.”