XXVI DOMINGO DURANTE EL AÑO (CICLO A)
1 DE OCTUBRE DE 2023
¡Adelante... con fe! |
Los jefes religiosos seguramente se sintieron ofendidos cuando escucharon a Jesús. En el Evangelio de hoy (Mateo 21, 28-32), vemos nuevamente cómo opera la bondad y la misericordia de Dios, para todos los que estamos dispuestos a abrir el corazón.
La semana pasada nos decían que estamos a tiempo para aceptar la invitación de Dios de arrepentirnos y cambiar nuestro rumbo. Hoy nos piden que confiemos y que nos dejemos encontrar por Él. Que sintamos dolor por nuestras faltas y dejemos que Él obre en nuestro corazón. Cuando leemos los Evangelios, nos damos cuenta de que están llenos de casos de personas como tú y como yo, que tuvieron un encuentro con Cristo y cambiaron sus vidas. Seguramente, reconocieron que llevaban una vida vacía y decidieron seguirlo. Descubrieron que Jesús les ofrecía una nueva vida, les ofrecía amor y compasión. Hermanos, Jesús quiere que alcancemos la gloria eterna. Miremos la segunda lectura (Filipenses 2, 1-11). Pablo ve claramente a Jesús enseñarnos el camino de santidad. Éste es el camino del perdón, de la humildad y el servicio. El camino de Aquel que «tomó la condición de esclavo». Y ésta es la invitación que nos hace: «Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús.» Termino con una hermosa oración de Thomas Merton que P. Leo publicó recientemente en las redes: “Concédenos encontrar la paz, donde verdaderamente se puede encontrar. ¡En tu voluntad, oh Dios, está nuestra paz!” Señor, te pido que me ayudes a llevar tu paz a donde quiera que yo vaya. ¡Adelante con fe! Diácono Richie |
Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 25-28
“Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida”
Así dice el Señor:
«Comentáis: “No es justo el proceder del Señor.”
Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»
“Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida”
Así dice el Señor:
«Comentáis: “No es justo el proceder del Señor.”
Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»
Salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9
R/. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. R/.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/.
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.
R/. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. R/.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/.
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-11
“Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús”
Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
“Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús”
Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Mis ovejas escuchan mi voz
—dice el Señor--
y yo las conozco, y ellas me siguen.
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 28-32
“Recapacitó y fue”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
– «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, Señor.” Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron:
– «El primero.»
Jesús les dijo:
– «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»
—dice el Señor--
y yo las conozco, y ellas me siguen.
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 28-32
“Recapacitó y fue”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
– «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, Señor.” Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron:
– «El primero.»
Jesús les dijo:
– «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»