XXIX DOMINGO DURANTE EL AÑO (CICLO B)
DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES (DOMUND)
20 DE OCTUBRE DE 2024
¡Adelante... con fe! |
Les cuento que en 2004 cayó en mis manos el libro “¿Puedes beber este cáliz?” de P. Henri Nouwen. Pasaba por un momento muy difícil y no fui capaz de terminarlo. Pero, por voluntad Divina, este libro vuelve a caer en mis manos en julio del año pasado, justo comenzando mi percance de salud. Les cuento que lo leí en pocos días. El Señor sabía que los meses más difíciles estaban por llegar y que este libro me ayudaría grandemente a cargar la cruz. Así fue.
El libro se basa en el Evangelio de hoy, san Marcos 10, 35-45. Cuando, Santiago y Juan se acercan a Jesús y le piden: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Dice el hermoso libro: “La copa de la vida es la copa del gozo, tanto como la copa de la amargura. Es la copa en que las penas y gozos, tristezas y alegrías, el llanto y la danza nunca están separados. Si el gozo no pudiera estar presente donde hay amargura y dolor, sería imposible beber la copa de la vida. Por eso debemos mantener firmemente entre nuestras manos la copa y mirar cuidadosamente para ver los gozos escondidos entre los dolores.” Mas adelante dice: “Necesitamos recordarnos unos a otros que la copa del dolor es también la copa del gozo, que lo que realmente nos causa tristeza, puede convertirse en un campo fértil de alegría.” “Porque sólo cuando nos demos cuenta perfectamente de que la copa de la vida no es sólo una copa de dolor, sino también una copa de gozo, seremos capaces de beberla.” Somos llamados a beber de nuestras copas sin miedo, pues el Señor quiere que vivamos la vida a plenitud. La santidad es precisamente beber esta copa y confiar. ¡Adelante con fe! Diácono Richie |
Lectura del libro de Isaías 53, 10-11
“Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años”
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.
“Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años”
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.
Salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R/.
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R/.
Lectura de la carta a los Hebreos 4, 14-16
“Acerquémonos con seguridad al trono de la grada”
Hermanos:
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
“Acerquémonos con seguridad al trono de la grada”
Hermanos:
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
El Hijo del hombre ha venido para servir
y dar su vida en rescate por todos.
+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 35-45
“El Hijo del hombre ha venido para dar su vida en rescate por todos”
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
– «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó:
– «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron:
– «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó:
– «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron:
– «Lo somos.»
Jesús les dijo:
– «El cáliz que yo vaya beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me vaya bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo; está ya reservado.»
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo:
– «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.
Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.
Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»
y dar su vida en rescate por todos.
+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 35-45
“El Hijo del hombre ha venido para dar su vida en rescate por todos”
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
– «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó:
– «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron:
– «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó:
– «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron:
– «Lo somos.»
Jesús les dijo:
– «El cáliz que yo vaya beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me vaya bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo; está ya reservado.»
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo:
– «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.
Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.
Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»