Beato Carlos Manuel 17
La Sagrada Escritura y la Liturgia
En el contexto histórico de la vida de Carlos Manuel, los laicos no tenían tanto contacto con la Sagrada Escritura, pero su familiaridad con ella y su formación escriturística, le llevan a asimilar la Palabra de Dios con gran profundidad.
Sobre la liturgia, principal tema y apostolado de nuestro Beato, él logró entrar en contacto con obras de algunas de las mejores autoridades en el tema en esa época: R. Guardini, P. Parsch, L. Bouyer, J. Danielou, J. Leclerq, M. Righetti, J. Jungmann, C. Vagaggini y otros.
Carlos Manuel, gracias al conocimiento de estos autores reconocidos, logra afrontar la liturgia con un dominio particular. Respecto a la naturaleza y objetivos del Movimiento litúrgico en general, lo considera importante y fundamental, no sólo como una opción a tomar.
Además de la Eucaristía, él comprendió el Oficio Divino como una celebración eclesial que era la oración solemne y gloriosa del Cuerpo Místico de Jesucristo.
(cf. tesina de licenciatura de Yoni Palomino Bolívar, «Vivimos para esa noche”: Beato Carlos Manuel Rodríguez, Un apóstol contemporáneo de la liturgia).
Aún hoy, después del Concilio Vaticano II, muchos siguen desconociendo la riqueza de este oficio litúrgico, que hoy llamamos Liturgia de las Horas, que nuestro Beato apreciaba, aun antes de su reforma posconciliar, que lo ha hecho más cercano al pueblo.
En el contexto histórico de la vida de Carlos Manuel, los laicos no tenían tanto contacto con la Sagrada Escritura, pero su familiaridad con ella y su formación escriturística, le llevan a asimilar la Palabra de Dios con gran profundidad.
Sobre la liturgia, principal tema y apostolado de nuestro Beato, él logró entrar en contacto con obras de algunas de las mejores autoridades en el tema en esa época: R. Guardini, P. Parsch, L. Bouyer, J. Danielou, J. Leclerq, M. Righetti, J. Jungmann, C. Vagaggini y otros.
Carlos Manuel, gracias al conocimiento de estos autores reconocidos, logra afrontar la liturgia con un dominio particular. Respecto a la naturaleza y objetivos del Movimiento litúrgico en general, lo considera importante y fundamental, no sólo como una opción a tomar.
Además de la Eucaristía, él comprendió el Oficio Divino como una celebración eclesial que era la oración solemne y gloriosa del Cuerpo Místico de Jesucristo.
(cf. tesina de licenciatura de Yoni Palomino Bolívar, «Vivimos para esa noche”: Beato Carlos Manuel Rodríguez, Un apóstol contemporáneo de la liturgia).
Aún hoy, después del Concilio Vaticano II, muchos siguen desconociendo la riqueza de este oficio litúrgico, que hoy llamamos Liturgia de las Horas, que nuestro Beato apreciaba, aun antes de su reforma posconciliar, que lo ha hecho más cercano al pueblo.