SANTO ROSARIO POR LOS ENFERMOS
ESPECIALMENTE LOS DE COVID-19
Dirigente: Por la señal de la Santa Cruz...
Todos: Amén.
Todos: Acto de contrición y Credo de los Apóstoles
Dirigente: Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena eres de gracia...
Todos: Santa María, Madre de Dios...
Dirigente: Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, llena eres de gracia...
Todos: Santa María, Madre de Dios...
Dirigente: Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres de gracia...
Todos: Santa María, Madre de Dios...
Dirigente: Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Todos: Como era...
Dirigente: María, Salud de los enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
PRIMER MISTERIO DEL ENFERMO
María atiende a su pariente Isabel
Lector: Del Evangelio según san Lucas (Lc 1, 39-47. 56)
En aquellos días se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamó con gran voz, dijo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿De dónde a mí que la Madre de mi Señor venga a mí?”. Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que fueron dichas de parte del Señor! Y dijo María: “Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador.” María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su casa.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
El evangelio de Lucas nos presenta la figura de la Virgen María como la “llena de gracia” que acoge la palabra de Dios, la hace fructificar y engendra en sus entrañas a Jesús, El Salvador. Por lo general se subraya la humildad y sencillez de María, pero no suficientemente su iniciativa, sentido de responsabilidad, atrevimiento y valor. Especialmente en el mundo del sufrimiento, la imitación de estas virtudes pueden ser fuente de dinamismo para los enfermos y sus familiares. En estos tiempos de pandemia, ¿Nos cuidamos tanto que no estemos disponibles para auxiliar al que nos necesita? Que por la intercesión y a ejemplo de María, seamos testigos (“mártires”) de la caridad en nuestra familia, parroquia y otros ámbitos.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
SEGUNDO MISTERIO DEL ENFERMO
Jesús sana al paralítico de Betesda
Lector: Del Evangelio según san Juan (Jn 5, 1-6)
En aquel tiempo, hubo una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que se lama en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Porque el Ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: “¿Quieres curarte?” Le respondió el enfermo: “Señor, no tengo a nadie que me meta a la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy otro baja antes que yo”. Jesús le dice: “¡Levántate, toma tu camilla y anda!”. Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar. Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: “Es sábado y no se te está permitido llevar la camilla.” Él les respondió: “El que me ha curado me ha dicho: toma tu camilla y anda”. Ellos le preguntaros: ¿Quién es el que te ha dicho: “Toma tu camilla y anda?” Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde Jesús lo encuentra en el Templo y le dice: “Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor”. El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
El “No tengo a nadie” tal vez sean las palabras más tristes del Evangelio. Tenemos un sueño: que nadie en nuestros hospitales, en sus hogares pueda repetir estas palabras sin esperanza y horizonte de vida. ¿Tenemos en nuestras familias y comunidad parroquial enfermos con condiciones progresivas y/o mortales? ¿Tenemos enfermos de Covid-19? Que ninguno de los nuestros pueda decir “No tengo a nadie” ante nuestro enajenamiento del prójimo.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
TERCER MISTERIO DEL ENFERMO
Curación del leproso de Galilea
Lector: Del Evangelio según san Marcos (Mc 1, 40-45)
En aquel tiempo, a Jesús se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas le dice: “Si quieres puedes limpiarme”. Compadecido de él, extendió su mano y le tocó y le dijo: “Quiero, queda limpio”. Y al instante le desapareció la lepra y quedó limpio. Lo despidió al instante prohibiéndole severamente: “Mira no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio”. Pero él, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que Jesús ya no podía presentarse en público en ninguna ciudad, sino que, se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Jesús no despreciaba a los enfermos, sino que los aliviaba. El enfermo, independientemente de la enfermedad que padezca y de las causas de haberla contraído, necesita amor, comprensión y misericordia de quienes conviven con él. En estos tiempos de pandemia: ¿Cómo me muestro solidario con los que han contraído el coronavirus y con sus familias? Que podamos alcanzar la virtud de la solidaridad con nuestros hermanos enfermos.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
CUARTO MISTERIO DEL ENFERMO
Jesús le devuelve la vista al ciego de Jericó
Lector: Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 46-52)
En aquel tiempo Jesús y sus discípulos llegaron a Jericó. Y cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timoteo, Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que Jesús de Nazaret pasaba por allí, se puso a gritar: “¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!”. Jesús se detuvo, y dijo: “Llámalo”. Llaman al ciego, diciéndole: “¡Ánimo, levántate! Te llama”. Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús dirigiéndose a él le dijo: “¿Qué quieres que te haga?”. El ciego le dijo: “Rabbuní, ¡que vea!”. Jesús le dijo: “Vete tu fe te ha salvado”. Y al instante recobró la vista y le seguía por el camino.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Esta narración evangélica acentúa sobre todo la importancia de la fe como fundamento del discipulado. Marcos, utiliza el verbo “seguir”: Bartimeo “sigue” a Jesús habiendo recobrado la vista. La fe es la que permite pasar de la tiniebla de la vida a la luz. La confianza en Jesús produce la curación. Ante nuestros achaque y enfermedades: ¿Qué tan fuerte y madura es nuestra confianza en Jesús? Pidamos por todos los enfermos, especialmente de Covid-19, para que su fe madure y crezca en medio de su contagio y puedan experimentar la sanación física y espiritual.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
QUINTO MISTERIO DEL ENFERMO
Jesús sana a la mujer encorvada en sábado
Lector: Del Evangelio según San Marcos (Lc 13, 10-17)
Estaba Jesús un sábado enseñando en una sinagoga. Había allí una mujer a la que un espíritu tenía enferma hace dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno “enderezarse.” Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”. Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía la gente: “Hay seis días en los que se puede trabajar; vengan, pues, en esos días a curarse, y no en día sábado”. Dijo entonces Jesús: “Hipócritas”. ¿No desatan del pesebre todos ustedes en sábado a su buey, o su asno para llevarlo a abrevar? Y ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace dieciocho años, ¿No está bien desatarla de esta ligadura en día sábado? Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban abochornados, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
En el Antiguo Testamento el sábado era el día de celebración de la liberación de todo yugo y esclavitud. La enfermedad de aquella mujer representaba el yugo que nos impone el pecado esclavizador. Jesús vino a liberar y a salvar, y lo hizo precisamente el día sábado. En el Nuevo Testamento y en la Iglesia el día sagrado es el “Primer día de la Semana”, el día que sigue al sábado24, el día de la liberación definitiva. ¿Somos testigos de liberación en nuestra sociedad e Iglesia? ¿Nos asociamos a la obra liberadora de Jesús a través de las obras de misericordia, especialmente las relacionadas a los enfermos? Pidamos por todos los enfermos, especialmente los contagiados con el Covid-19, para que tengan la experiencia liberadora que procede sólo de Jesús.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
Dirigente: Concluyamos este santo rosario rezando juntos la Salve.
Todos: Dios te salve, reina y madre...
Dirigente: Ave María Purísima.
Todos: Sin pecado concebida.
Mientras todos hacen la señal de la cruz, el dirigente dice: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.
Todos: Amén.
Todos: Acto de contrición y Credo de los Apóstoles
Dirigente: Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena eres de gracia...
Todos: Santa María, Madre de Dios...
Dirigente: Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, llena eres de gracia...
Todos: Santa María, Madre de Dios...
Dirigente: Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres de gracia...
Todos: Santa María, Madre de Dios...
Dirigente: Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Todos: Como era...
Dirigente: María, Salud de los enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
PRIMER MISTERIO DEL ENFERMO
María atiende a su pariente Isabel
Lector: Del Evangelio según san Lucas (Lc 1, 39-47. 56)
En aquellos días se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamó con gran voz, dijo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿De dónde a mí que la Madre de mi Señor venga a mí?”. Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que fueron dichas de parte del Señor! Y dijo María: “Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador.” María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su casa.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
El evangelio de Lucas nos presenta la figura de la Virgen María como la “llena de gracia” que acoge la palabra de Dios, la hace fructificar y engendra en sus entrañas a Jesús, El Salvador. Por lo general se subraya la humildad y sencillez de María, pero no suficientemente su iniciativa, sentido de responsabilidad, atrevimiento y valor. Especialmente en el mundo del sufrimiento, la imitación de estas virtudes pueden ser fuente de dinamismo para los enfermos y sus familiares. En estos tiempos de pandemia, ¿Nos cuidamos tanto que no estemos disponibles para auxiliar al que nos necesita? Que por la intercesión y a ejemplo de María, seamos testigos (“mártires”) de la caridad en nuestra familia, parroquia y otros ámbitos.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
SEGUNDO MISTERIO DEL ENFERMO
Jesús sana al paralítico de Betesda
Lector: Del Evangelio según san Juan (Jn 5, 1-6)
En aquel tiempo, hubo una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que se lama en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Porque el Ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: “¿Quieres curarte?” Le respondió el enfermo: “Señor, no tengo a nadie que me meta a la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy otro baja antes que yo”. Jesús le dice: “¡Levántate, toma tu camilla y anda!”. Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar. Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: “Es sábado y no se te está permitido llevar la camilla.” Él les respondió: “El que me ha curado me ha dicho: toma tu camilla y anda”. Ellos le preguntaros: ¿Quién es el que te ha dicho: “Toma tu camilla y anda?” Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde Jesús lo encuentra en el Templo y le dice: “Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor”. El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
El “No tengo a nadie” tal vez sean las palabras más tristes del Evangelio. Tenemos un sueño: que nadie en nuestros hospitales, en sus hogares pueda repetir estas palabras sin esperanza y horizonte de vida. ¿Tenemos en nuestras familias y comunidad parroquial enfermos con condiciones progresivas y/o mortales? ¿Tenemos enfermos de Covid-19? Que ninguno de los nuestros pueda decir “No tengo a nadie” ante nuestro enajenamiento del prójimo.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
TERCER MISTERIO DEL ENFERMO
Curación del leproso de Galilea
Lector: Del Evangelio según san Marcos (Mc 1, 40-45)
En aquel tiempo, a Jesús se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas le dice: “Si quieres puedes limpiarme”. Compadecido de él, extendió su mano y le tocó y le dijo: “Quiero, queda limpio”. Y al instante le desapareció la lepra y quedó limpio. Lo despidió al instante prohibiéndole severamente: “Mira no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio”. Pero él, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que Jesús ya no podía presentarse en público en ninguna ciudad, sino que, se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Jesús no despreciaba a los enfermos, sino que los aliviaba. El enfermo, independientemente de la enfermedad que padezca y de las causas de haberla contraído, necesita amor, comprensión y misericordia de quienes conviven con él. En estos tiempos de pandemia: ¿Cómo me muestro solidario con los que han contraído el coronavirus y con sus familias? Que podamos alcanzar la virtud de la solidaridad con nuestros hermanos enfermos.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
CUARTO MISTERIO DEL ENFERMO
Jesús le devuelve la vista al ciego de Jericó
Lector: Del Evangelio según San Marcos (Mc 10, 46-52)
En aquel tiempo Jesús y sus discípulos llegaron a Jericó. Y cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timoteo, Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que Jesús de Nazaret pasaba por allí, se puso a gritar: “¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!”. Jesús se detuvo, y dijo: “Llámalo”. Llaman al ciego, diciéndole: “¡Ánimo, levántate! Te llama”. Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús dirigiéndose a él le dijo: “¿Qué quieres que te haga?”. El ciego le dijo: “Rabbuní, ¡que vea!”. Jesús le dijo: “Vete tu fe te ha salvado”. Y al instante recobró la vista y le seguía por el camino.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Esta narración evangélica acentúa sobre todo la importancia de la fe como fundamento del discipulado. Marcos, utiliza el verbo “seguir”: Bartimeo “sigue” a Jesús habiendo recobrado la vista. La fe es la que permite pasar de la tiniebla de la vida a la luz. La confianza en Jesús produce la curación. Ante nuestros achaque y enfermedades: ¿Qué tan fuerte y madura es nuestra confianza en Jesús? Pidamos por todos los enfermos, especialmente de Covid-19, para que su fe madure y crezca en medio de su contagio y puedan experimentar la sanación física y espiritual.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
QUINTO MISTERIO DEL ENFERMO
Jesús sana a la mujer encorvada en sábado
Lector: Del Evangelio según San Marcos (Lc 13, 10-17)
Estaba Jesús un sábado enseñando en una sinagoga. Había allí una mujer a la que un espíritu tenía enferma hace dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno “enderezarse.” Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”. Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía la gente: “Hay seis días en los que se puede trabajar; vengan, pues, en esos días a curarse, y no en día sábado”. Dijo entonces Jesús: “Hipócritas”. ¿No desatan del pesebre todos ustedes en sábado a su buey, o su asno para llevarlo a abrevar? Y ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace dieciocho años, ¿No está bien desatarla de esta ligadura en día sábado? Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban abochornados, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.
Lector: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
En el Antiguo Testamento el sábado era el día de celebración de la liberación de todo yugo y esclavitud. La enfermedad de aquella mujer representaba el yugo que nos impone el pecado esclavizador. Jesús vino a liberar y a salvar, y lo hizo precisamente el día sábado. En el Nuevo Testamento y en la Iglesia el día sagrado es el “Primer día de la Semana”, el día que sigue al sábado24, el día de la liberación definitiva. ¿Somos testigos de liberación en nuestra sociedad e Iglesia? ¿Nos asociamos a la obra liberadora de Jesús a través de las obras de misericordia, especialmente las relacionadas a los enfermos? Pidamos por todos los enfermos, especialmente los contagiados con el Covid-19, para que tengan la experiencia liberadora que procede sólo de Jesús.
(Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria)
Dirigente: María, Salud de los Enfermos,
Todos: Ruega por nosotros, y por todos los enfermos, especialmente por los contagiados con el coronavirus.
Dirigente: Concluyamos este santo rosario rezando juntos la Salve.
Todos: Dios te salve, reina y madre...
Dirigente: Ave María Purísima.
Todos: Sin pecado concebida.
Mientras todos hacen la señal de la cruz, el dirigente dice: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.