XVII DOMINGO DURANTE EL AÑO (CICLO B)
28 DE JULIO DE 2024
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Lunes a viernes 6:30am y 12:15pm
Sábado 6:30pm (Vespertina de domingo)
Domingo 9:00am, 11:30 am y 6:30 pm
Agradecemos que den preferencia a hacer su ofrenda electrónicamente (ATH móvil o Givelify).
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Las confesiones serán media hora (30 min.) previo a las misas dominicales en sábado (vigila) y domingo. Si desea puede hacer cita para confesarse en la semana.
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Avisos
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Del Mensaje del Papa Francisco para la
IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores
domingo 28 de julio
“En la vejez no me abandones” (cf. Sal 71,9)
[...] En muchos ancianos podemos advertir ese sentimiento de resignación del que habla el libro de Rut, cuando relata que la anciana Noemí —después de la muerte del marido y de los hijos— invitó a sus nueras, Orpá y Rut, a regresar a sus países de origen y a sus casas (cf. Rut 1,8). Noemí —como tantos ancianos de hoy— teme quedarse sola, pero no consigue imaginar algo distinto. Como viuda, es consciente de valer poco ante la sociedad y está convencida de ser un peso para esas dos jóvenes que, al contrario de ella, tienen toda la vida por delante. Por eso piensa que sea mejor hacerse a un lado y ella misma invita a las jóvenes nueras a dejarla y a construir su futuro en otros lugares (cf. Rut 1,11-13). Sus palabras son un concentrado de convenciones sociales y religiosas que parecen inmutables y que marcan su destino.
El relato bíblico nos presenta en este momento dos opiniones diferentes frente a la invitación de Noemí y, por tanto, frente a la vejez. Una de las dos nueras, Orpá, que le tiene cariño a Noemí, con un gesto afectuoso la besa, pero acepta lo que ella también cree que es la única solución posible y sigue su propio camino. Rut, en cambio, no se separa de Noemí y le dirige palabras sorprendentes: «No insistas en que te abandone» (Rut 1,16). No tiene miedo de desafiar las costumbres y la opinión común, siente que esa mujer anciana la necesita y, con valentía, permanece a su lado, dando inicio a una nueva travesía para ambas. A todos nosotros —acostumbrados a la idea de que la soledad es un destino inevitable— Rut nos enseña que a la súplica “¡no me abandones!” es posible responder “¡no te abandonaré!”. No duda en trastocar lo que parece una realidad inmutable, ¡vivir solos no puede ser la única alternativa! No es casualidad que Rut —la que se quedó acompañando a la anciana Noemí— sea un antepasado del Mesías (cf. Mt 1,5), de Jesús, el Emanuel, Aquel que es “Dios con nosotros”, Aquel que lleva la cercanía y la proximidad de Dios a todos los hombres, de todas las condiciones y de todas las edades.
La libertad y la valentía de Rut nos invitan a recorrer un camino nuevo. Sigamos sus pasos, hagamos el viaje junto a esta joven mujer extranjera y a la anciana Noemí, no tengamos miedo de cambiar nuestras costumbres y de imaginar un futuro distinto para nuestros ancianos. Nuestro agradecimiento se dirige a todas esas personas que, aun con muchos sacrificios, han seguido efectivamente el ejemplo de Rut y se están ocupando de un anciano, o sencillamente muestran cada día su cercanía a parientes o conocidos que no tienen a nadie. Rut eligió estar cerca de Noemí y fue bendecida con un matrimonio feliz, una descendencia y una tierra. Esto vale siempre y para todos: estando cerca de los ancianos, reconociendo el papel insustituible que estos tienen en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, también nosotros recibiremos muchos dones, muchas gracias, muchas bendiciones.
En esta IV Jornada Mundial dedicada a ellos, no dejemos de mostrar nuestra ternura a los abuelos y a los mayores de nuestras familias, visitemos a los que están desanimados o que ya no esperan que un futuro distinto sea posible. A la actitud egoísta que lleva al descarte y a la soledad contrapongamos el corazón abierto y el rostro alegre de quien tiene la valentía de decir “¡no te abandonaré!” y de emprender un camino diferente.
[...] En muchos ancianos podemos advertir ese sentimiento de resignación del que habla el libro de Rut, cuando relata que la anciana Noemí —después de la muerte del marido y de los hijos— invitó a sus nueras, Orpá y Rut, a regresar a sus países de origen y a sus casas (cf. Rut 1,8). Noemí —como tantos ancianos de hoy— teme quedarse sola, pero no consigue imaginar algo distinto. Como viuda, es consciente de valer poco ante la sociedad y está convencida de ser un peso para esas dos jóvenes que, al contrario de ella, tienen toda la vida por delante. Por eso piensa que sea mejor hacerse a un lado y ella misma invita a las jóvenes nueras a dejarla y a construir su futuro en otros lugares (cf. Rut 1,11-13). Sus palabras son un concentrado de convenciones sociales y religiosas que parecen inmutables y que marcan su destino.
El relato bíblico nos presenta en este momento dos opiniones diferentes frente a la invitación de Noemí y, por tanto, frente a la vejez. Una de las dos nueras, Orpá, que le tiene cariño a Noemí, con un gesto afectuoso la besa, pero acepta lo que ella también cree que es la única solución posible y sigue su propio camino. Rut, en cambio, no se separa de Noemí y le dirige palabras sorprendentes: «No insistas en que te abandone» (Rut 1,16). No tiene miedo de desafiar las costumbres y la opinión común, siente que esa mujer anciana la necesita y, con valentía, permanece a su lado, dando inicio a una nueva travesía para ambas. A todos nosotros —acostumbrados a la idea de que la soledad es un destino inevitable— Rut nos enseña que a la súplica “¡no me abandones!” es posible responder “¡no te abandonaré!”. No duda en trastocar lo que parece una realidad inmutable, ¡vivir solos no puede ser la única alternativa! No es casualidad que Rut —la que se quedó acompañando a la anciana Noemí— sea un antepasado del Mesías (cf. Mt 1,5), de Jesús, el Emanuel, Aquel que es “Dios con nosotros”, Aquel que lleva la cercanía y la proximidad de Dios a todos los hombres, de todas las condiciones y de todas las edades.
La libertad y la valentía de Rut nos invitan a recorrer un camino nuevo. Sigamos sus pasos, hagamos el viaje junto a esta joven mujer extranjera y a la anciana Noemí, no tengamos miedo de cambiar nuestras costumbres y de imaginar un futuro distinto para nuestros ancianos. Nuestro agradecimiento se dirige a todas esas personas que, aun con muchos sacrificios, han seguido efectivamente el ejemplo de Rut y se están ocupando de un anciano, o sencillamente muestran cada día su cercanía a parientes o conocidos que no tienen a nadie. Rut eligió estar cerca de Noemí y fue bendecida con un matrimonio feliz, una descendencia y una tierra. Esto vale siempre y para todos: estando cerca de los ancianos, reconociendo el papel insustituible que estos tienen en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, también nosotros recibiremos muchos dones, muchas gracias, muchas bendiciones.
En esta IV Jornada Mundial dedicada a ellos, no dejemos de mostrar nuestra ternura a los abuelos y a los mayores de nuestras familias, visitemos a los que están desanimados o que ya no esperan que un futuro distinto sea posible. A la actitud egoísta que lleva al descarte y a la soledad contrapongamos el corazón abierto y el rostro alegre de quien tiene la valentía de decir “¡no te abandonaré!” y de emprender un camino diferente.
ORACIÓN DE LOS ABUELOS POR LOS NIETOS
(Para rezar los abuelos) Señor, dame la sabiduría para poder hablar a mis nietos del amor que les tienes. Quiero pedirte Señor que des luz a mis ojos para disfrutar con ellos de sus sonrisas y de su paso por la vida. Quiero que cuando ellos miren mi lento caminar comprendan que la vida está hecha de pasos y caídas, que todo es aprender y llegar. Deseo que cuando me escuchen orar, con el pasar de los años, entiendan que siempre deben recurrir a ti, pues eres el camino, la verdad y la vida. Te pido, Señor, que tengan la capacidad de ver hacia adelante, de caminar sin atropellar a nadie y nunca sentirse derrotados. Que tengan la gracia de ser humildes y respetuosos de lo que nos rodea. Que sean compasivos ante el dolor y generosos ante el caído. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. |
ORACIÓN DE LOS NIETOS POR SUS ABUELOS
(Rezada por los nietos) Querido Jesús, hoy quiero pedirte por mis abuelitos. Dales mucha salud y si se enferman puedan ser consolados y fortalecidos. Ayúdalos para que estén contentos y sanos siempre. Quiero que sean muy felices. Que se sientan acompañados y con todo el cariño de sus hijos y nietos. Que descubran que Tú y yo estamos siempre con ellos para ayudarlos. Dales fuerzas y acompáñalos a todas horas. Que te sientan a su lado como un bastón de mano. Haz que podamos visitarlos a menudo, cuidarlos con cariño, atenderlos y darles muchos mimos. Gracias Señor por mis abuelitos. Amén. |
Por la intención del Papa para el mes de julio:
“Oremos para que el sacramento de la Unción de los Enfermos dé a las personas que lo reciben y a sus seres queridos la fuerza del Señor, y se convierta cada vez más para todos en un signo visible de compasión y esperanza.”
“Oremos para que el sacramento de la Unción de los Enfermos dé a las personas que lo reciben y a sus seres queridos la fuerza del Señor, y se convierta cada vez más para todos en un signo visible de compasión y esperanza.”
Por los abuelos.
Libro del mes
“Razones para vivir” de D. José Luis Martín Descalzo. Este libro reúne artículos sobre las razones que nos ayudan a vivir, fruto de la comunicación semanal de Martín Descalzo con los lectores durante casi cuatro años, teniendo como trasfondo su enfermedad y las diálisis a la que fue sometido durante varios años. |
Fiestas y Memorias
Lunes 29
Santa Marta, María y Lázaro
Martes 30
San Pedro Crisólogo, ob y dr
Miércoles 31
San Ignacio de Loyola, pbro
Jueves, 1 de agosto
San Alfonso María de Ligorio, ob y dr
Viernes 2
San Eusebio de Vercelli, ob
San Pedro Julián Eymard, pbro
Santa Marta, María y Lázaro
Martes 30
San Pedro Crisólogo, ob y dr
Miércoles 31
San Ignacio de Loyola, pbro
Jueves, 1 de agosto
San Alfonso María de Ligorio, ob y dr
Viernes 2
San Eusebio de Vercelli, ob
San Pedro Julián Eymard, pbro
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Catequesis en verano
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Horario de misas en parroquias vecinas
Ofrecemos el horario de las parroquias vecinas para que pueda asistir a misa en otras horas que les convengan. Enlaza aquí. |