A casi tres meses del huracán María...
Hoy es el domingo de la alegría dentro de la dinámica del Adviento. En estos momentos podemos preguntarnos qué alegría podemos tener si aún no tenemos electricidad, si el seguro no nos ha dado nada para compensar las pérdidas provocadas por los huracanes, si los amigos y familiares se han ido de PR, si no ha podido recuperar su trabajo o las pérdidas en éste ha sido fuertes y no se han podido reponer, etc.
¿De qué alegría podemos hablar este domingo y en la próxima Navidad?
Si pensamos que en la época de Juan Bautista y Jesús, Israel estaba sometido al poder del imperio romano, que en aquellos tiempos no tenían las comodidades que tenemos nosotros (nunca había electricidad, ni aire acondicionado, etc.), que cuando había problemas económicos no recibían ayudas especiales de nadie, etc.; que María y José no consiguieron un lugar adecuado para el nacimiento de Jesús, sin embargo los ángeles en Belén y Juan, muchos años después, anuncian un motivo de alegría pues llega el Mesías y éste viene con la fuerza del Espíritu para transmitírnoslo por medio del Bautismo y otros sacramentos en su Iglesia.
Después de tres meses con estas dificultades, sin duda, la desesperación puede aumentar. Roguemos a Juan Bautista, que anunció la cercanía del Mesías a un pueblo que también sufría, para que a nuestro pueblo, sobre todo los que más sufren aún en estos momentos, no le falte la verdadera alegría que surge de la cercanía del Mesías y la salvación que nos trae.
Convirtiéndonos, como nos pide Juan, podremos recibir esa alegría verdadera en nuestros corazones. Una alegría más profunda y duradera. Una alegría que no se funde en cosas pasajeras, superficiales y ni secundarias. Una alegría de Dios.
P.Leo
Rito de bendición del árbol navideño en el hogar
Todos los presentes, santiguándose, dicen: En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El padre o madre de familia dice:
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos, en Cristo.
Todos responden: Bendito sea el Señor por los siglos.
Lectura
Uno de los presentes, lee el siguiente texto de la Sagrada Escritura:
Escuchemos con atención la lectura del profeta Isaías:
“Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi estrado” (Is 60,13s.).
Palabra de Dios
Todos responden: Te alabamos, Señor.
Oración de bendición
Luego el padre o madre de familia, con las manos juntas, dice la oración de bendición:
Oremos
Bendito seas, Señor y Padre nuestro,
Que nos concedes recordar con fe en los días de Navidad los misterios del nacimiento del Señor Jesús.
Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos embellecido con luces,
celebrar con la ilusión la Navidad.
Que podamos vivir también a la luz de los ejemplos de la vida plena de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa infancia.
Gloria a Él por los siglos de los siglos.
Todos responden: Amén.
Al final, todos los presentes, santiguándose, dicen:
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.
(cf. aciprensa. com)
Oraciones para encender las velas de la corona de Adviento
(se pondrá la correspondiente a cada domingo)
Oración para encender la tercera vela de Adviento
Encendemos, Señor, esta tercera luz, más cercanos ya a la Noche Buena de la Luz Mayor.
Queremos dar testimonio de tu Luz, Señor, como hizo Juan el Bautista. No somos nosotros la Luz, pero sí los testigos de la Luz verdadera venida a este mundo.
Deseamos, Señor, con esta luz encender el fuego de tu Espíritu en nuestros corazones para que nos convierta en luminarias para los demás. Danos un corazón que vea las necesidades de nuestro prójimo para compartir con todos lo mejor que somos y tenemos.
Para que te revelemos como buena y gozosa Noticia para todos: ¡Marana tha, ven, Señor, Jesús!
Oración para encender la cuarta vela de Adviento
Encendemos, Señor, esta cuarta luz, redoblando nuestro deseo de llegar limpios e irreprochables a tu gran Día sin ocaso. Oh Dios, restáuranos; que brille tu rostro y nos salve.
Te necesitamos, Cristo, a ti, Luz Viva y Verdadera, para aclarar e iluminar los caminos que nos conducen a ti. Que te alumbremos, como María, Aurora del Sol naciente, en nuestras palabras y obras.
Para que así sea: ¡Marana tha, ven, Señor, Jesús!
Sugerencias para vivir el Adviento
3ra Semana del 17 al 23 de dic
17: ANUNCIA – que el Señor está presente en nuestra vida
18: ESCUCHA – lo que Dios te pide hoy y confía como José
19: CONTEMPLA EL MILAGRO – que nace siempre del amor de Dios, ¿cómo puedes hacerlo crecer?
20: HABLA DE MARÍA – ¿Qué lugar tiene ella en tu vida?
21: CONFIRMA – tu alianza con Dios, ¿cumples con tu parte?
22: BENDICE – a Dios como María, agradécele su presencia en tu vida
23: PREGÚNTATE – ¿Cómo va a ser esta Navidad? ¿Cuáles van a ser mis prioridades?
4ta Semana del 24 al 25 de dic
24: AMA – con gestos sencillos y alegría a los que te rodean, el Señor brilla cerca
25: ALÉGRATE, CANTA, COMPARTE LA BUENA NOTICIA – deja que el amor de Dios te ilumine
¿De qué alegría podemos hablar este domingo y en la próxima Navidad?
Si pensamos que en la época de Juan Bautista y Jesús, Israel estaba sometido al poder del imperio romano, que en aquellos tiempos no tenían las comodidades que tenemos nosotros (nunca había electricidad, ni aire acondicionado, etc.), que cuando había problemas económicos no recibían ayudas especiales de nadie, etc.; que María y José no consiguieron un lugar adecuado para el nacimiento de Jesús, sin embargo los ángeles en Belén y Juan, muchos años después, anuncian un motivo de alegría pues llega el Mesías y éste viene con la fuerza del Espíritu para transmitírnoslo por medio del Bautismo y otros sacramentos en su Iglesia.
Después de tres meses con estas dificultades, sin duda, la desesperación puede aumentar. Roguemos a Juan Bautista, que anunció la cercanía del Mesías a un pueblo que también sufría, para que a nuestro pueblo, sobre todo los que más sufren aún en estos momentos, no le falte la verdadera alegría que surge de la cercanía del Mesías y la salvación que nos trae.
Convirtiéndonos, como nos pide Juan, podremos recibir esa alegría verdadera en nuestros corazones. Una alegría más profunda y duradera. Una alegría que no se funde en cosas pasajeras, superficiales y ni secundarias. Una alegría de Dios.
P.Leo
Rito de bendición del árbol navideño en el hogar
Todos los presentes, santiguándose, dicen: En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El padre o madre de familia dice:
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos, en Cristo.
Todos responden: Bendito sea el Señor por los siglos.
Lectura
Uno de los presentes, lee el siguiente texto de la Sagrada Escritura:
Escuchemos con atención la lectura del profeta Isaías:
“Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi estrado” (Is 60,13s.).
Palabra de Dios
Todos responden: Te alabamos, Señor.
Oración de bendición
Luego el padre o madre de familia, con las manos juntas, dice la oración de bendición:
Oremos
Bendito seas, Señor y Padre nuestro,
Que nos concedes recordar con fe en los días de Navidad los misterios del nacimiento del Señor Jesús.
Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos embellecido con luces,
celebrar con la ilusión la Navidad.
Que podamos vivir también a la luz de los ejemplos de la vida plena de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa infancia.
Gloria a Él por los siglos de los siglos.
Todos responden: Amén.
Al final, todos los presentes, santiguándose, dicen:
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.
(cf. aciprensa. com)
Oraciones para encender las velas de la corona de Adviento
(se pondrá la correspondiente a cada domingo)
Oración para encender la tercera vela de Adviento
Encendemos, Señor, esta tercera luz, más cercanos ya a la Noche Buena de la Luz Mayor.
Queremos dar testimonio de tu Luz, Señor, como hizo Juan el Bautista. No somos nosotros la Luz, pero sí los testigos de la Luz verdadera venida a este mundo.
Deseamos, Señor, con esta luz encender el fuego de tu Espíritu en nuestros corazones para que nos convierta en luminarias para los demás. Danos un corazón que vea las necesidades de nuestro prójimo para compartir con todos lo mejor que somos y tenemos.
Para que te revelemos como buena y gozosa Noticia para todos: ¡Marana tha, ven, Señor, Jesús!
Oración para encender la cuarta vela de Adviento
Encendemos, Señor, esta cuarta luz, redoblando nuestro deseo de llegar limpios e irreprochables a tu gran Día sin ocaso. Oh Dios, restáuranos; que brille tu rostro y nos salve.
Te necesitamos, Cristo, a ti, Luz Viva y Verdadera, para aclarar e iluminar los caminos que nos conducen a ti. Que te alumbremos, como María, Aurora del Sol naciente, en nuestras palabras y obras.
Para que así sea: ¡Marana tha, ven, Señor, Jesús!
Sugerencias para vivir el Adviento
3ra Semana del 17 al 23 de dic
17: ANUNCIA – que el Señor está presente en nuestra vida
18: ESCUCHA – lo que Dios te pide hoy y confía como José
19: CONTEMPLA EL MILAGRO – que nace siempre del amor de Dios, ¿cómo puedes hacerlo crecer?
20: HABLA DE MARÍA – ¿Qué lugar tiene ella en tu vida?
21: CONFIRMA – tu alianza con Dios, ¿cumples con tu parte?
22: BENDICE – a Dios como María, agradécele su presencia en tu vida
23: PREGÚNTATE – ¿Cómo va a ser esta Navidad? ¿Cuáles van a ser mis prioridades?
4ta Semana del 24 al 25 de dic
24: AMA – con gestos sencillos y alegría a los que te rodean, el Señor brilla cerca
25: ALÉGRATE, CANTA, COMPARTE LA BUENA NOTICIA – deja que el amor de Dios te ilumine